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Nuestros auditores: Frederic Rosier

26 abril 2024
Frederic ha sido el primer auditor de sistemas de gestión ISO cualificado por NQA, comenzando su relación profesional con nosotros en junio de 2004.
 
De nacionalidad francesa, Frederic Rosier reside en España desde 1990, cuando por cuenta de la consultora internacional Cap Gemini Sogeti, realiza actividades de consultoría tecnológica en Fasa Renault. En 1991 se incorporó a American Supplier Institute como consultor de ingeniería de calidad.

Desde 2004, Frederic ha realizado más de 3000 auditorías de certificación, tanto en España como en Francia, Portugal, Argelia y Marruecos, principalmente de las normas ISO 9001, ISO 14001 e ISO 45001.

¿Cuánto tiempo llevas trabajando en NQA y cuáles son tus funciones?

Llegué a España en el año 1990 y en 1993 fui uno de los socios creadores de ASI, una consultora dedicada a la mejora de procesos tanto industriales, como de servicios. A partir del año 2004, me he dedicado íntegramente a la auditoría de sistemas de gestión ISO, de acuerdo con estándares internacionales como la ISO 9001, ISO 14001 e ISO 45001 y en sectores de actividad muy variados, para las cuales he aprovechado mi experiencia previa o me he ido formando para realizar nuevas auditorías.

¿Cuál es tu visión sobre el futuro de la certificación de sistemas de gestión?

Con una experiencia de dos décadas en la auditoría de sistemas de gestión, mi humilde opinión es que las organizaciones que han decidido certificarse por voluntad propia, inician una mejora continua de sus sistemas de gestión, y como consecuencia aportan a sus clientes un valor añadido cada vez mayor.

Los sistemas de gestión funcionan gracias al desempeño de personas, quien, más allá de realizar tareas como "meras correas de transmisión" deben convertirse en "apóstoles de la calidad". Con esto quiero decir que tienen que aplicar los principios de la mejora continua aprovechando las desviaciones y oportunidades de mejora encontradas durante la auditoría para plantear mejoras en beneficio de la empresa y de sus clientes.

Las organizaciones certificadas saben que pueden contar con la independencia de los auditores de tercera parte, libres de conflicto de interés, que permitirá que las empresas dispongan de una visión imparcial y con reconocimiento internacional del cumplimiento de su sistema de gestión.

¿Cuál es tu opinión respecto a la trayectoria de NQA en estos 20 años?

Un crecimiento sostenible, una constante adaptación a las necesidades de los clientes y una decidida apuesta por unos recursos humanos propios y subcontratados que logran una perfecta simbiosis empresa/empleado.

¿Cómo ves el futuro de NQA Certificación?

Durante las auditorías de sistemas de gestión, en alguna ocasión he presenciado que a los empleados de la empresa auditada se les ha formulado la siguiente pregunta: ¿Te ves trabajando con nosotros dentro de 5 años? Si yo tuviera que contestar a esta pregunta contestaría: "Sí, con mucho gusto".

NQA ofrece un proyecto profesional coherente, donde existen comunicación hacia dentro y hacia afuera, que exige constancia y rigor, y la empresa apuesta por el desarrollo personal y profesional.

¿Qué momento profesional/personal destacarías a lo largo de tu carrera en la empresa?

Cada jornada de trabajo, cada auditoría y cada cliente nos aporta algo que, almacenado por estratos, como los de la investigación arqueológica de Atapuerca, va conformando lo que se podría denominar como nuestra experiencia profesional.

No me gustaría tener que destacar ningún momento en concreto, porque de casi todas estas experiencias laborales aprendemos algo, pero si tuviera que destacar anécdotas profesionales mencionaría mi primera auditoría de ISO 9001 en el año 2004 realizada a "Endivias del Duero" en Peñafiel y una auditoría de un parque eólico en el Sahara Occidental, con un viaje de ida y vuelta en coche por el desierto del Sahara.

Posiblemente la anécdota que más recuerdo es haber sido consultor de una empresa agroalimentaria y ser auditado por un auditor llamado Jon, un gran profesional...Dos décadas más tarde, nos volvimos a encontrar en la auditoría de una fábrica de piensos con los papeles intercambiados, Jon como consultor y yo como auditor. Y por cierto, ¡él seguía siendo un profesional brillante!

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